viernes, 15 de julio de 2011

DE FACTO, escrito por filopsica.

"El verdadero coste de las hamburguesas"



Uno de los sectores más afectados por el estilo de producción superindustrializado es el de nuestra gastronomía: la intensa dinámica laboral y la incorporación de la mujer al campo de trabajo ha traído consigo la descalificación de los restaurantes tradicionales en lo que respecta a la satisfacción de la demanda alimentaria.

La necesidad de que una comida no sólo sea de corta duración y fácil manejo, sino también nutritiva y suculenta, empezó a ser explotada en E.E.U.U. en los tardíos 50’s con la premisa de la “fast-food” o “comida rápida”, siendo la empresa McDonald’s la más representativa, pues se extendió como la pólvora por todo el globo, atrayendo masivamente a todo tipo de población. El éxito de esta firma impulsó la creación de otros establecimientos como Burguer King, Wendy’s y Pizza Hut.

Ahora bien, los alimentos ofrecidos en las multinacionales de comida rápida contienen, en su mayoría, proteína y grasa de origen animal, carbohidratos, azúcares y abundantes aditivos químicos. Desde el punto de vista tradicional, esta comida resulta desaconsejable por su déficit de vitaminas y la gran ingesta de colesterol; aunado a ésto, la medicina natural condena severamente la ingestión de estos alimentos, pues suponen la aparición de dolencias circulatorias, procesos degenerativos y enfermedades reumáticas.

El impacto negativo de todo esto no sólo se evidencia en la salud: un aspecto menos conocido por la población es la colaboración de las multinacionales al empobrecimiento del Tercer Mundo. La explotación de las tierras de países menos desarrollados por parte del capitalismo cierra el círculo de dependencia de dichas naciones. La extensión de estas terrenos es sumamente amplia, lo cual limita los espacios dedicados al cultivo de vegetales autóctonos que ayudaría a mitigar el hambre de esos países; por otro lado, las explotaciones ganaderas que surten de carne a empresas como McDonald’s y Burguer King sólo pueden ser rentables si además de la alimentación cotidiana el ganado es sobrealimentado con 3 kilos de soja al día y por cabeza, ¿y de dónde proviene esta soja? Del Tercer Mundo, por supuesto.

Usualmente vemos a este tipo de establecimientos como sitios “inofensivos” para comer o matar el rato; al fin y al cabo son expresión de la cultura y forma de producción dominantes. Lo que obviamos con creces es todo lo que subyace al aparentemente trivial hecho de consumir una hamburguesa en estos locales, atentando no sólo contra nuestra salud sino también en contra de la de la población y todo aquello que nos rodea. Por último, al ser asiduos a estos locales, estamos renunciando a nuestra identidad gastronómica y yendo en contra de nuestros ideales.

1 comentario:

  1. Cultura gastronómica impuesta desde hace años luego del término de la segunda guerra mundial,el inicio la obsolescencia programada y el dominio imperial de nuestros pueblos.

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